What Can Trigger a Seizure?
Hey Neurocurious, Dr. Claudia is here!
Today we’re diving into an important topic for anyone living with epilepsy or supporting someone who is: seizure triggers.
While epilepsy is different for everyone, many people notice that their seizures are linked to specific patterns, habits, or situations. Identifying these triggers doesn’t mean they’re the cause of epilepsy but they can increase the likelihood of a seizure happening.
Let’s explore the most common seizure triggers and why learning to recognize them can be a powerful part of seizure management.
1. Sleep Deprivation
Not getting enough sleep is one of the most well-documented seizure triggers. Our brains need regular rest to function properly, and lack of sleep can make the brain more vulnerable to abnormal electrical activity.
Whether it’s staying up late, irregular sleep patterns, or disrupted sleep due to stress or other conditions, poor sleep can increase seizure risk even in people who are usually well-controlled.
2. Stress and Anxiety
Emotional stress doesn’t cause epilepsy, but it can lower the seizure threshold. This includes chronic stress, sudden emotional shock, or long periods of anxiety.
In some people, even excitement or overwhelming emotions (both positive and negative) can act as a trigger. That’s why managing stress through relaxation techniques, therapy, mindfulness, or physical activity can make a big difference.
3. Flashing Lights or Visual Patterns (Photosensitivity)
Some people with epilepsy are photosensitive, meaning seizures can be triggered by flashing lights, strobe effects, or specific patterns especially from screens, video games, or television.
This is more common in younger individuals and in specific epilepsy syndromes. Special screen filters or avoiding certain visual stimuli can help reduce the risk.
4. Illness or Fever
Infections and fever can change brain activity and trigger seizures, particularly in children. Even a mild illness, like a cold or stomach virus, can disrupt seizure control in some people.
That’s why it’s important to stay hydrated, rest, and manage fever carefully if you have epilepsy.
5. Missed Medications or Irregular Doses
For people taking anti-seizure medications, missing a dose or taking it late can lead to breakthrough seizures. Medication schedules must be followed closely to maintain consistent levels in the body.
Even small changes in timing especially with fast-acting medications — can make a difference.
6. Alcohol or Substance Use
Alcohol and recreational drugs can interfere with brain activity and increase the risk of seizures. In some people, seizures may not occur during drinking, but rather during withdrawal or the day after (especially with heavy drinking or binge drinking).
Some epilepsy medications also interact poorly with alcohol or drugs, making seizures more likely.
7. Dehydration or Missing Meals
Low blood sugar or dehydration can destabilize the body and trigger seizures, especially in those with metabolic sensitivity or when taking certain medications.
Staying hydrated, eating balanced meals, and avoiding long periods without food can help maintain seizure control.
8. Hormonal Changes
In some women, seizures may become more frequent around their menstrual cycle due to hormonal fluctuations — this is known as catamenial epilepsy.
Tracking cycles and discussing hormonal patterns with a healthcare provider can help guide treatment adjustments or supportive care.
Why Identifying Triggers Matters
Not everyone with epilepsy has clear or consistent triggers. But for those who do, understanding and avoiding them when possible can lead to fewer seizures, better quality of life, and more confidence in daily routines.
Keeping a seizure diary including sleep patterns, mood, stress levels, diet, and medication times can be a helpful tool in spotting patterns over time.
Seizure triggers are not the cause of epilepsy, but they can affect when or how often seizures happen. Learning to recognize your unique triggers is a valuable part of seizure self-awareness and long-term care.
Thanks for reading and staying curious.
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ESP
¿Qué puede desencadenar una convulsión?
¡Hola, Neurocurioso! ¡La Dra. Claudia está aquí!
Hoy profundizamos en un tema importante para quienes viven con epilepsia o apoyan a alguien que la padece: los desencadenantes de las convulsiones.
Si bien la epilepsia es diferente para cada persona, muchas personas notan que sus convulsiones están relacionadas con patrones, hábitos o situaciones específicos. Identificar estos desencadenantes no significa que sean la causa de la epilepsia, pero pueden aumentar la probabilidad de que ocurra una convulsión.
Exploremos los desencadenantes de convulsiones más comunes y por qué aprender a reconocerlos puede ser fundamental para el manejo de las convulsiones.
1. Privación del sueño
No dormir lo suficiente es uno de los desencadenantes de convulsiones mejor documentados. Nuestro cerebro necesita descansar regularmente para funcionar correctamente, y la falta de sueño puede hacerlo más vulnerable a la actividad eléctrica anormal.
Ya sea por trasnochar, patrones de sueño irregulares o sueño interrumpido debido al estrés u otras afecciones, la falta de sueño puede aumentar el riesgo de convulsiones incluso en personas que suelen tener un buen control. 2. Estrés y ansiedad
El estrés emocional no causa epilepsia, pero puede reducir el umbral convulsivo. Esto incluye estrés crónico, shock emocional repentino o largos períodos de ansiedad.
En algunas personas, incluso la excitación o las emociones abrumadoras (tanto positivas como negativas) pueden actuar como desencadenantes. Por eso, controlar el estrés mediante técnicas de relajación, terapia, atención plena o actividad física puede marcar una gran diferencia.
3. Luces intermitentes o patrones visuales (fotosensibilidad)
Algunas personas con epilepsia son fotosensibles, lo que significa que las convulsiones pueden desencadenarse por luces intermitentes, efectos estroboscópicos o patrones específicos, especialmente de pantallas, videojuegos o televisión.
Esto es más común en personas jóvenes y en síndromes epilépticos específicos. El uso de filtros especiales para pantallas o evitar ciertos estímulos visuales puede ayudar a reducir el riesgo.
4. Enfermedad o fiebre
Las infecciones y la fiebre pueden alterar la actividad cerebral y desencadenar convulsiones, especialmente en niños. Incluso una enfermedad leve, como un resfriado o un virus estomacal, puede alterar el control de las convulsiones en algunas personas. Por eso es importante mantenerse hidratado, descansar y controlar la fiebre con cuidado si tiene epilepsia.
5. Medicamentos Olvidados o Dosis Irregulares
Para las personas que toman medicamentos anticonvulsivos, omitir una dosis o tomarla tarde puede provocar convulsiones irruptivas. Es necesario seguir estrictamente los horarios de medicación para mantener niveles constantes en el cuerpo.
Incluso pequeños cambios en el horario, especialmente con medicamentos de acción rápida, pueden marcar la diferencia.
6. Consumo de Alcohol o Sustancias
El alcohol y las drogas recreativas pueden interferir con la actividad cerebral y aumentar el riesgo de convulsiones. En algunas personas, las convulsiones pueden no ocurrir durante el consumo de alcohol, sino durante la abstinencia o al día siguiente (especialmente con consumo excesivo de alcohol o borracheras).
Algunos medicamentos para la epilepsia también interactúan mal con el alcohol o las drogas, lo que aumenta la probabilidad de convulsiones.
7. Deshidratación o Saltarse las Comidas
Un nivel bajo de azúcar en sangre o la deshidratación pueden desestabilizar el cuerpo y desencadenar convulsiones, especialmente en personas con sensibilidad metabólica o al tomar ciertos medicamentos. Mantenerse hidratado, comer de forma equilibrada y evitar largos periodos sin comer puede ayudar a controlar las convulsiones.
8. Cambios hormonales
En algunas mujeres, las convulsiones pueden volverse más frecuentes durante el ciclo menstrual debido a fluctuaciones hormonales; esto se conoce como epilepsia catamenial.
El seguimiento de los ciclos y la consulta con un profesional de la salud sobre los patrones hormonales pueden ayudar a orientar los ajustes del tratamiento o la atención complementaria.
Por qué es importante identificar los desencadenantes
No todas las personas con epilepsia tienen desencadenantes claros o constantes. Pero para quienes sí los tienen, comprenderlos y evitarlos cuando sea posible puede llevar a menos convulsiones, una mejor calidad de vida y más confianza en las rutinas diarias.
Llevar un registro diario de las convulsiones, incluyendo los patrones de sueño, el estado de ánimo, los niveles de estrés, la dieta y los horarios de la medicación, puede ser una herramienta útil para detectar patrones a lo largo del tiempo.
Los desencadenantes de las convulsiones no son la causa de la epilepsia, pero pueden afectar el momento o la frecuencia con la que ocurren. Aprender a reconocer los desencadenantes específicos es una parte valiosa del autoconocimiento de las convulsiones y de la atención a largo plazo.
Gracias por leer y por mantener la curiosidad. Si esto te ayudó a ti o a alguien que te importa, compártelo y ayuda a difundir conocimiento que empodera.
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